viernes, 30 de diciembre de 2011

24th December 2011

Querido Santa Claus:

Se que es un poco tarde para escribirte, pero no te llevaré mucho tiempo. Parece ayer cuando te escribí por última vez, pero ha pasado un año. Es extraño lo rápido que pasa todo, ahora me doy cuenta de que el tiempo nunca se detiene, ni siquiera cuando abres los regalos. Todavía recuerdo el año en el que lo único que te pedía era el disfraz de supergirl, para poder ser diferente a los demás, y aún así triunfar y ser un ejemplo a seguir. Y fue ese el mismo año en el que lo único que encontré debajo del árbol fue una carta. Una carta en la que me decías que no necesitaba disfrazarme para ser una heroína para cambiar el mundo. Y tenías razón.
Mírame ahora, estoy en América, lejos de todo, de todos, de ellos. Sé que ya sabes esto… pero no paran de repetirme que soy valiente. A veces no estoy segura, porque lloro, y no creo que llorar sea un signo de valentía. Lloro pensando en los recuerdos, en todos y en cada uno de ellos, en lo diferentes que son y que somos, y en lo mucho que los quiero, a todos de diferente manera, pero al fin y al cabo es a todos. Otra cosa que no paran de repetirme, es que nada va a cambiar. Pero no entienden que las cosas tienen que cambiar, que si no lo hacen no hay progreso. Si no hubieran cambiado, yo no estaría aquí. O quizás si yo no estuviera aquí, no hubieran cambiado. Pero bueno, que eso es lo que menos me importa ahora.
Que este año Santa, vuelvo a pedir lo del año pasado, lo del anterior, y lo del anterior. Lo que llevo pidiendo todos estos años desde que aquella carta llegó a mis manos. Que aunque las cosas cambien, sigamos siendo felices, de una manera u otra. No importa el lugar, o las horas que nos separen, estar todos juntos para siempre es lo único que pido. Que mi voz viaje a todos y cada uno de sus corazones, y les susurre al oído que estoy ahí, y que luego ese susurro se transforme en sonrisa. Eso es lo único que te pido. Porque si me das eso Santa, ya lo tengo todo.
Recuerda, las galletas son hechas en casa, y la leche es desnatada. Respóndeme si quieres, cómo en los viejos tiempos, aunque sé que estás muy atareado.
Feliz navidad Santa, que todos tus deseos también se hagan realidad,
Marina Lima.




domingo, 11 de diciembre de 2011

9th December.| concrete jungle where dreams are made of.

Y un día te dicen que te sacan del colegio a las 11:30 porque te llevan a comer fuera. Y mientras tú piensas “qué detalle”, no te imaginas todo lo que viene detrás. Prisas, sales del colegio, y un coche blanco te espera. Tus dos mejores am-igas se encuentran allí, y te felicitan. Te coronan princesa, y te cantan el happy half-birthday (aka feliz medio cumpleaños). El maletero está lleno de bolsas de viaje, y te das cuenta de no vas a comer fuera. Pero te da igual, porque lo que llega es mucho mejor. Te llevan a la estación, te subes al tren y todo empieza. Hora y media no es nada comparado con la sensación de sentirte una estrella de nuevo. Tal y como lo recordaba, lleno de luces y gente caminando, admirando el paisaje, la ciudad a la que todo el mundo quiere ir.
Como princesa que me coronaron, me obligaron a llevar una corona de Happy Birthday puesta todo el rato. Pero sabes qué? Que no me importó en absoluto. Que te feliciten mientras caminas por las calles de Nueva York, no es algo que pueda contar todo el mundo.
Rockefeller Center, con Árbol de Navidad incluído, Central Park, Times Square, Salón de Belleza, y cena a lo español. Me sentía en casa.
Y decía alguien sabio, que las cosas pequeñas, los detalles, son los que marcan la diferencia. Y tenía razón.


















































































-"Marina, te quiero por todos los días del mundo y del Universo."  Y yo a tí.