sábado, 21 de enero de 2012

January 20th. | let it snow

Para empezar, quiero decir que feliz tardía Chrismahanukwanzakaha a todos y todas, y feliz 2012 también. La verdad es que no se ni como empezar… quizás intentando decir algo bueno sobre el 2011, pero no sería capaz. En serio, aunque lo intentara, no podría. Pensar que el pasado fin de año nos encontrábamos todos en la mesa, cenando hamburguesas, nosotros solos, tomando las uvas, diciendo todo lo bueno y todos los cambios que ocurrirían… y que ocurrieron. Las navidades son mi época del año favorita. La gente se relaja y se olvida de las diferencias, de los problemas; te reúnes con la familia, todos juntos, y sacas los adornos, el árbol y el belén, comes turrón y polvorones, pasas el 28 de diciembre y la gala inocente con las personas a las que más quieres, robas cosas del árbol, vas a la pista de hielo, y haces el amigo invisible con tu clase, te quedas en casa a hacer el vago por lo menos un día, y tienes tanta ilusión al abrir los regalos como si tuvieras 7 años. La cosa cambia cuando estás lejos… pro he decir que no ido tan mal como pensaba. Comida, regalos, chimenea encendida, compras, familia, y sobre todo, recibir un paquete y una carta de tu familia después de tomar las uvas a las 5 de la tarde; y no podría haber sido más feliz. Ahora bien, no intentes nunca hacer comer 12 uvas a un americano en menos de 30 segundo, hay riesgo de muerte ;)
Pero antes de nada, he de deciros algo que me ha chocado: aquí no se celebra la nochebuena; y te das cuenta cuando te sientas a la mesa y lo único que te encuentras es una taza de sopa y un: “apura que llegamos tarde a misa” en la mesa. Porque sí señoras y señores, aquí la señorita Marina Lima ha ido a misa el día de nochebuena, ya veis, cosas que no hago ni en España aunque me supliquen las hago aquí sin rechistar, but whatever…
Después de misa abrimos los regalos, y la verdad es que se han portado: un kindle (LIBRO ELECTRÓNICO PARA AQUELLOS QUE NO SABEN), unos altavoces para el ipod y bastantes cosas más (pero eso es lo más importante jeje). Pues nada, que estuvimos en la granja del tío Tim, y me lo pasé genial con los peques, viendo “Enredados” y demás pelis Disney, jugando en la wii, y a 57302976903675738572489762 juegos americanos que jamás podréis entender.
El día después de Navidad, nos marchamos a casa de Lisa, una amiga de la familia, y allí me lo pasé ge-nial. Allí conocí a Kevin y a Cole, presentes en cada historia de la niñez de Claire, Paige y Karl. Los dos son diferentes, pero a la vez encantadores. Sin duda fue la parte de las navidades que mejor me lo pasé. Es increíble que puedan pasar tantas cosas en tres días. Ir al McDonalds a las dos de la mañana después de haber visto el exorcista, e ir al cine y que Paige compre 4 entradas para peli de + 18 años con el carnet del instituto de fuera del estado, y a Cole, enseñando el carnet de conducir, con 18 años no le dejen comprar 2. Por no hablar de mi gran espectáculo de patinaje… o quizás debería decir aterrizaje. Pues sí, resulta que yo, que soy tan lista, me puse a bailar en un lago congelado. BLABLABLABLABLABLA. CONCLUSIÓN: Si bailas en el hielo y te rompes e morro, no necesitas hielo para bajar la inflamación. Conclusión 2: Esto es un ejemplo de las cosas que nunca cambian.
También volvimos al Mall of America (Centro comercial más grande de EEUU después de King of Prussia, a 20 min de donde vivo) Y ES QUE YO PODRÍA VIVIR AHÍ PARA SIEMRPE. TIENDAS TIENDAS, TIENDAS, TIENDAS, TIENDAS, TIENDAS, TIENDAS, Y LUEGO MÁS TIENDAS. #SUEÑOECHOREALIDAD.
 Para fin de año, me encargue de comprar ropa interior roja y uvas para toda la familia y doce uvas por cabeza. Vale, que sé que estoy en América y que hay cosas a las que hay que acostumbrarse, pero esas cosas hay que hacerlas año tras año ;)
Esta vez estuvimos en casa de Diana, otra amiga. Y fue un día perfecto. No sabes la sensación que es estar sentada en el sofá, y que de repente empiece a nevar, suavemente. Pero no una nieve de esta intensa, una nieve que lentamente caía sobre nuestras cabezas y que nos mojaba, mero que no nos importaba, porque ese era el precio de la felicidad.
Los días pasaron rápido, y entre nieve y no nieve, cartas que hacen llorar y conversaciones sin terminar, los días se pasaron y en un pispás dejamos atrás esos paraísos de nieve y nos volvimos a Philadelphia, mi querida Philadelphia, dondeme dejaba el mejor regalo de navidad. Una tarde con las niñas, la necesitaba, las necesitaba. Como las quiero.


Por último, deciros que estas semanas están siendo agobiantes. Competimos en una semana y los entrenamientos son más duros cada día. El musical sale en 6 semanas, y para rematar los semestrales son esta semana. Sé que os he tenido abandonados, pero cuando vine a aquí sabía que no iba a parar. Vivir en América significa vivir tu sueño, hacerlo realidad no? Exactamente lo que yo hago a diario.