Un día Marina se
despertó y habían pasado dos meses, y por más que intentaba parar el
tiempo, no podía. Os preguntareis que habrá pasado durante todo este
tiempo, es lógico. Ella tampoco se lo explica, porque son tantas cosas
las que han ocurrido, y son todas tan bonitas, que no sabe ni como
describirlas.
El musical fue un éxito, y la fiesta de después
también. Se alegró un montón de haber participado, y sin duda, volvería a
hacerlo de nuevo. Pero las horas en maquillaje y detrás de el telón
esperando a que se abra, ya quedaron atrás hace mucho tiempo. Los días
entrenando, por mucho que le duela, también se han terminado. Fue
triste para Marina el saber que no iba a subir a nadie más por los
aires, o que no iba a hacer mas back handsprings o libs, pero mereció la
pena. Todas lloraron en la cena de despedida, ninguna se creía que no
volveria el año que viene… pero supongo que ya va tocando despertarse.
Su vida ahora se resume en volver a casa despues de clase y hacer
deberes, aunque siempre hay algo más que hacer. Los fines de semana
siempre está ocupada, y en el fondo, le encanta estarlo. No hay muchas
novedades en su vida, sin embargo, hace unos días sucedió algo
maravilloso. Ese baile al que todas las chicas quieren ir en su vida, al
que siempre sale en las películas, el mismo con el que todas sus amigas
sueñan, el llamado PROM. Y aunque no le apetecía nada ir, lo hizo.
Porque algo le decía que sería inolvidable. El motivo principal por el
que no le apetecía, era más que nada, porque no le apetecía ir sola. Al
fin y al cabo, era una cosa que solo iba a hacer una vez en su vida,
algo que viviría una vez y luego poco a poco se iría olvidando... y
claro, quería que fuese como en las peliculas. Vale, es cierto pareja
tenía. Pero cuando al final te deja plantada, y no puede ir, pues mejor
que no te pregunte, no?. El caso es que cuando el día comenzo, ya todo
le daba igual. Se levantó temprano, se vistió, se fue a la peluquería y
luego, a prepararse a casa de Emerson. Era como una película, se
peinaron, maquillaron y se pintaron las uñas las unas a las otras.
Estaban en el paraíso. Luego llego la hora de las fotos… y a Marina,
aunque no le gustan, se va acostumbrando poco a poco. Y al final se lo
pasó genial. Y llego la hora del baile. No sabe como explicarlo, pero
literalmente, es lo más parecido a sentirte en una pelicula que se puede
tener. Ojalá todo el mundo pudiese tener una sensacion como esa al
menos una vez en la vida. Bailaron, se divirtieron, saltaron, cantaron
hasta que sus pulmones se quedaron sin aire, hasta que no pudieron mas.
Entonces decidieron tomar un descanso. Y en ese momento, al ver a todo
el mundo emparejado, se le vino el mundo abajo. Pero decidió no darle
importancia, estaba en America, Prom, en qué estaba pensando? No era el momento
de ponerse melancólica. Pero no pudo engañarse a si misma, y sus ojos
empezaron a humedecerse. Entonces, se sintió como una estrella perdida
en medio del universo, y una primera lagrima recorrió su mejilla. Pero
fue la última, porque como en un cuento de hadas, el principe llegó
tiempo. Se le acercó por detrás, olió su colonia, le susurró algo al
oído y ella sonrió, mientras él la miraba. Ya no hacían nada allí,
cuando el principe rescata a la princesa siempre se la lleva a un lugar
que nadie conoce... los creadores de cuentos de hadas se empeñan en que
sea así, nunca nos cuentan lo que pasa después del rencientro, es todo
un misterio... aunque seguro que es bonito... nunca lo sabremos. A
Marina siempre le habían gustado los cuentos de hadas, pero ahora que
ella era la protagonista de su propia historia de fantasía, se sentía en
las nubes. Ahora solo le quedan dos semanas de clase, y luego los
examenes finales. Le asusta pensar que tiene que empezar a hacer compras
y maletas. Es duro pensar que lo que empezó hace 10 meses haya pasado
tan rápido, como una estrella fugaz. Aunque bueno, qué importa el tiempo
que duren las cosas, si las mejores cosas, son las que duran un
instante.